- Perdona, ¿tienes hora? El autobús está a punto de llegar y no sé de qué color ponerme los zapatos.
Te giras, la miras, no respondes; ella no dice nada. Zapatos. No entiendes. Zapatos no tiene sentido. Te gusta ir descalzo, sentir la hierba, dejar que las piedras dibujen caminos nuevos en tus pies. No, no quieres zapatos. Son pesados. Te hacen
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